09 marzo, 2009

Héroe, ebrio y perdido

La piratería en sus diversas formas y el constante incremento de precio en la entrada de cine dio lugar a que los grandes estudios tomen como estrategia la realización de películas basadas en comics y superhéroes. Este intento apuesta por un despliegue de grandes efectos que devuelvan al espectador a vivir la obra cinematográfica en su elemento: la sala de cine. Así es como desde hace algunos años este género ha bombardeado la cartelera con innumerables títulos. Claro que en esta gran oferta se pueden encontrar grandes películas (“Batman Dark Knight”, ambas “Hellboy”) y de las otras (“Daredevil”, “Los Cuatro Fantásticos”, la última “Superman”). El caso de Hancock se presenta extraño ya desde su planteo; un superhéroe (Will Smith) que, con look de homeless, sobrevuela sin capa y ebrio la ciudad de New York metiendo la pata cada vez que decide intervenir contra los malos. Es entonces que se topa con un asesor de imagen que ve una inmejorable oportunidad en la devaluada figura de este raro superhéroe, obligándolo a hacer buena letra para reivindicarse con la gente. Si bien mantiene algunas convenciones del género como el drama existencial que subyuga al superhéroe (en este caso Hancok no recuerda su pasado por lo que desconoce su origen) promediando la trama la película pega un volantazo argumental deviniendo en un triangulo de amor bizarro. Y es que la película dirigida por Peter Berg es ante todo impredecible; manteniendo ciertos mandamientos del género no deja de asumir riesgos de los que sale siempre en un vuelo alto, en principio errante pero finalmente victorioso, como el del propio Hancock.

1 comentario:

Sil dijo...

Yo la vi... en cine y despues en dvd, me gustó mucho... tal vez ese cambio de dirección brusco lo motivó... en fin me gustó.


Besos!